Mi hija Sofía llevaba mucho tiempo pidiéndome una fiesta de pijama, así que decidí que ya no podía ponerle mas excusas y se lo regale por su cumple.
Tras negociar el recorte de la lista de todas las amigas a las que quería traer a casa, comenzamos a prepararla.
Sería una fiesta muy rosa y muy coqueta.
Además, ellas piden más y más entretenimiento así que había que tenerlo todo atado.
El programa quedo de la siguiente manera:
1. Cena compuesta de hot dog, pizza, batido helado, chips, y limonada de sandía.
2. Sesión cine acompañados por Frozen y Grease. Esta última vino acompañada de mucho
cante así que no sé si fue buena idea.
Entre medio, palomitas rosas y chuches.
3. Lavar dientes, aseo y tras mucha lucha, hora de ir a la cama.
Nos ayudo a conciliar el sueño unos fantásticos antifaces rosa salpicados con polvos de hada que nos harían soñar cosas mágicas.
4. Al despertar, desayuno con cereales, yogurt fresa con frutos rojos, lacitos de sandwich y tarta muy rosa.
5. Mascarilla de pepinos, manicura y especial trenzas.
6. Hora del baile y cante con micro y altavoz adaptado a gritos.
Cierto es que las enanas se lo pasaron a lo grande, pero yo también.
Me recordó aquellas merendolas con mis amigas, alargadas hasta el anochecer, cantando y bailando una y otra vez la mítica "saturday ninght".....
Añoranza de la niñez que una vez más, vuelvo a revivir con mi hija.
